Visitar Visa pour l'Image tendría que ser obligatorio, y cuando digo esto no me refiero sólo por el gran nivel fotográfico y el placer que supone deambular por los espacios donde se presentan las exposiciones. Sino al hecho de ver realidades que día a día nos son ocultadas. A veces sales exhausto de alguna exposición y perderme con la cámara por Perpignan me reconforta.