Marruecos es un país rico en paisaje, cultura y tradición.
Viajando de norte a sur disfrutas del mar, la nieve del Atlas y del desierto
del Sahara. Las ciudades imperiales son una autentica experiencia fotográfica,
sensorial y olfativa. En los souks o mercados los artesanos son los
protagonistas. Viajé en Septiembre –temporada de recoger dátiles- y en las
estribaciones del Atlas se convirtió en habitual cruzarme con borricos cargados
de dátiles, tanto como al entrar en la zona de las cashbas ver y oler los magníficos
huertos de menta.