Los deportes del motor seguían ejerciendo una fuerte
atracción en mis experiencias fotográficas, combinaban: una estética; un cierto
riesgo; la búsqueda de buenos puntos de vista y
el aspecto técnico de plasmar la velocidad y el movimiento en las imágenes.
En trial y motocross dominaban las motocicletas de
factura catalana Montesa, Bultaco y Ossa. Cada fin de semana se organizaban
salidas con las “trialeras” y eran frecuentes las pruebas y los campeonatos
tanto locales como nacionales a los que asistía.