Casí me atrevo ha decir que con un grupo de amigos
inauguramos las pistas de esqui de Soldeu. Durante la temporada solíamos acudir
cada fin de semana. Madrugábamos mucho para ser los primeros en llegar a pista
y aprovechábamos hasta que se ponia el Sol.
Éramos asiduos, no había tan gente como en la actualidad
y se nos permitía organizar actividades lúdicas y deportiva en las pistas por
lo cual recibíamos descuentos en los forfaits.
El Carnaval en la nieve era la más celebre de entre todas
las que organizábamos. Los esquiadores más experimentados no tan solo se
disfrazaban sino que también adoptaba la personalidad de su personaje en sus
descensos por la pista.
Mi disfraz siempre era el de fotógrafo y organizaba mis
tomas buscando puntos de vista estratégicos bajando y subiendo consecutivamente
por el telesilla para capturar a los esquiadores disfrazados.