Al llegar a Akjoujt decidimos tomarnos un respiro, aseándonos y comiendo en el restaurante local. Ese momento que nos tomamos para disfrutar de una sabrosa comida ayudo a calmar los ánimos, ya que las duras, largas y tediosas etapas, la repetición de encallamientos en la arena, la dureza de la navegación y las frías noches al raso habían hecho mella en el equipo.
A partir de Akjoujt todo era carretera asfaltada, pasamos por Nouakchott (capital de Mauritania) donde hicimos una breve parada antes de seguir dirección Senegal bordeando el Océano Atlántico.