Entramos en Ghana por Dormaa-Ahenko, un pequeño puesto fronterizo, y nada más pisar el país nos encontramos que habían cambiado el sentido de circulación por carretera, pasando de hacerlo por la izquierda a por la derecha.
El país estaba repleto de numerosas señales de tráfico y grandes vallas entre la vegetación informando del cambio de sentido circulatorio, pero algunos autóctonos todavía no lo tenían muy claro y la conducción por Ghana fue tensa y agotadora, aunque esta vez no por el mal estado de la carretera.