Nuestros amigos insistieron en presentarnos a un descendiente directo del rey Ghezo (muerto en 1858) de Dahomey, en la actualidad Benín. Las paredes exteriores de su casa estaban decoradas con símbolos de la realeza que también se encuentran en los apreciados tapices de Abomey. En el interior de ésta, exageradamente austero, nos encontramos ante un anciano, respetado –como manda la tradición africana versus los ancianos- que sentado bajo un paraguas, con reproducciones de algunos símbolos reales, esperaba que le obsequiáramos con regalos, preferentemente tabaco. Nada, exceptuando la veneración de sus servidores, evidenciava linaje real en aquel anciano ni en la sala donde nos recibieron.