A tres grados Sur del Ecuador es donde estaba situada la caseta fronteriza por donde pretendíamos entrar a Tanzania. En aquella época exigían un mínimo de divisas y, aquí nos encallamos, puesto que el policia no aceptaba que el “mínimo” fuera para el grupo y lo exigia individualmente. Como no disponíamos del dinero nos quedamos atrapados en tierra de nadie. Transcurridos dos días, permitió que un motorista entrara en el país para poder contactar con un segundo equipo de apoyo que estaba en Nairobi y así solucionar el percance.
Permanecimos acampados en la frontera más de siete días comiendo tortitas hechas con pienso de gallinas y bebiendo agua del Akaguera que parecía café con leche por la sedimentación de sus aguas. Con la llegada del equipo de refuerzo y solucionadas las desavenencias sobre las divisas entramos en Tanzania y continuamos nuestro viaje hacia las “nieves del Kilimanjaro” que cada vez estaban más cerca.