En la comunicación los códigos son altamente importantes, y en la fotografía publicitaria son básicos. Si el director creativo de una agencia de publicidad, el cliente en definitiva, hace especial mención y dedica parte del tiempo de la reunión en detallar la importancia del nombre con que se publicitará el producto, debes tomar muy buena nota y enfocar tu propuesta basándote en ello. La campaña que ilustraba la fotografía de este post era de gafas solares y la empresa había adjudicado a la serie el nombre de James Dean. Si hablamos de códigos el nombre James Dean, al menos a mi, me sugiere transgredir, quebrantar… Partiendo de esta premisa me centré en la localización del escenario donde realizaría la sesión fotográfica.
La disparé hace 8.425 días y aunque pueda sorprender hubo dos aspectos ajenos a lo concerniente a temas fotográficos que me ocuparon, a mi y a Teresa Jové, responsable de producción, buena parte de la planificación.
Encontrar un modelo dispuesto a permanecer durante el tiempo de las tomas fotográficas encaramado precariamente y empapado con el agua que brolla de la fuente pública la Gran Cascada del Parc de la Ciutadella de Barcelona, nos ocupó un buen número de largos, agotadores y absorbentes castings. De entre los modelos dispuestos a ello, debíamos encontrar uno lo suficiente alto y corpulento para equilibrar proporciones; a éste debían ajustársele las gafas a su rostro y convencer al product manager (exigente al máximo) que no íbamos a tomar un portrait del modelo, por lo que su obsesión (por el encaje de la gafas al rostro) no era tan importante como en otras ocasiones, fue tarea dura, difícil, peliaguda, fatigosa… Con el modelo seleccionado y la product manager convencida nos centramos en la localización.
Gestionar los premisos municipales para trabajar en la fuente pública no fue más difícil que otros permisos, pero la cosa se complicó cuando hablando con el responsable de la instalación me pregunta ¿qué cuando y quién construiria la pasarela para acceder al lugar donde quería ubicar al modelo, ya que era imposible hacerlo sin esa pasarela por la especifica construcción de la fuente y por normas de seguridad? reconocí mi desconocimiento y le aseguré que me ponia de inmediato con el tema. Y, es, en este preciso momento cuando te percatas, una vez más, de la gran importancia que tienen los colaboradores.
El momento era propicio para que el cliente aceptara un incremento sustancial del presupuesto y así lo gestionó el departamento de producción pudiendo yo centrarme en todo lo que necesitaba para las tomas fotográficas.
Cuando tienes que fotografiar un producto de moda que ocupa una ínfima parte de la imagen, ésta, debe ser cercana a lo espectacular, a lo insólito… para que el público objetivo pueda identificarse y supone un reto para el fotógrafo. En esta sesión modelo y fotógrafo nos jugamos, aparte del remojón asegurado, un buen porrazo al movernos por la cascada, los tubos de agua y las esculturas resbaladizas durante la sesión fotográfica, y a pesar de disponer de unas pasarelas de madera para los accesos, desplazarse para encontrar los puntos de vista no fue fácil. Opté por un equipo ligero que pudiese llevar todo lo preciso encima con la ayuda de una chaleco con múltiples bolsillos, utilicé la cámara Nikon F3 y una Nikon F2 con respaldo Polaroid y dos ópticas fijas Nikon: un 135 mm f 2 y un 180 mm f 2,8. Estudié minuciosamente la hora solar para iniciar la sesión y empleé un spotmeter gossen para ajustar las lecturas lumínicas que me daba la cámara. Trabajé muy diafragmado, ya que buscaba la velocidad más lenta posible, dentro de un límite. Disponía de unos filtros de densidad neutra por si me hacían falta, aunque con el Ektachome 100 Asa no tuve que emplearlos.
Al moverme mirando a través de la cámara me llevé más de un susto, ya que pierdes la perspectiva del suelo que pisas, quedé medio ronco para que el modelo escuchase mis instrucciones a través del ruido de la cascada. El fuerte olor de agua medio putrefacta que empapaba la ropa y el frio con el paso del tiempo fue afectándonos a todos, pero la profesionalidad y la implicación de todo el equipo me permitió trabajar hasta estar seguro de haber obtenido la imagen deseada, otra cosa fue eliminar el olor de agua putrefacta con la que todos fuimos impregnados.
En este tipo de sesiones, una vez terminadas, siempre te queda la sensación de haber vivido una pequeña aventura para obtener una buena fotografía.
*La Gran Cascada del Parc de la Ciutadella también conocida como Cascada Monumental es un conjunto arquitectónico y escultórico con fuentes y surtidores de agua construido entre 1875 y 1888 con diseño general de Josep Fontserè. El proyecto hidráulico fue de un joven Antoni Gaudí que intervino en el realización de la Cascada, uno de los puntos neurálgicos del Parc de la Ciutadella.
Los animales mitológicos, mitad león y mitad águila son de naturaleza fantástica y se les considera como precedentes del modernismo.