Puede que algunos os sorprendáis de los recursos que disponía para la realización de algunas campañas publicitarias, pero eran tiempos dominados por el optimismo, la euforia, la prosperidad… y las agencias de publicidad conducían hábilmente a sus clientes a la aprobación de campañas, quizás algo desmesuradas para su producto, donde ostentar, sobresalir, brillar, lucirse… ante el adversario / oponente, a fin de hacerse con una cuota más alta del mercado o con toda ella.
La disparé hace 8. 910 días y con ella gané algunos de los premios, medallas y menciones más prestigios que se otorgaban por aquel entonces en los Festivales y Certámenes Publicitarios en el mundo, como la Medalla de Oro de New York ante competidores de la talla de Patrick Demarchelier, Steven Meisel…
Recuerdo que mientras estaba elaborando el plan de ejecución, de esta campaña publicitaria para medias Glory, fui muy consciente de que difícilmente la olvidaría, ya que todo en ella era sumamente singular.
Empezó como una campaña publicitaria grande y por eso Teresa, jefa de producción, contrató al equipo habitual de las grandes ocasiones, pero los años de experiencia me han enseñado que según con que director creativo colabores nada puede ser, jamás, sencillo y simple.
Sentados en el suelo de una gran y lujosa sala de reuniones de la agencia publicitaria, cada vez más cubierta de bocetos que el creativo depositava en él, íbamos (el creativo y yo) desarrollando, en colaboración, el esquema de los originales fotográficos del catálogo y campaña de prensa, inmersos en el proceso excitante, electrizante… de creación no nos percatamos que la campaña adquiria mayor envergadura y en consecuencia un mayor coste, puesto que habíamos pasado, en unas horas, de: necesitar 15 maniquís a más de 70; de un transporte base a uno especial; de un plató talla “M” a uno talla “XL”: de dos asistentes a cuatro; de equis metros de fondo pintado en negro a tropecientos,… y como mínimo un dia más de sesiones fotográficas. Y es en ese preciso momento cuando se requiere a un buen productor que sepa establecer puentes de dialogo y negociación entre las partes implicadas.
La directora de cuentas de la agencia, Carme, y Teresa tenían muy buen feeling y trabajaron conjuntamente en la estrategia presupuestaria para que la dirección de la agencia y el cliente, aprobaran el nuevo presupuesto y el anticipo de 2.500.000 de pesetas (15.000,00 € aprox.) que exigia, en depósito, la empresa de los maniquís.
El enorme plató pintado de negro y los 70 maniquís montados en un rincón, entre papeles y plásticos de protección, esperando su turno para salir en escena era realmente impresionante, pero lo verdaderamente impresionante fue la complejidad que supuso montarlos, moverlos y alienarlos para cada toma, ya que el uso imprescindible de guantes, para no mancharlos no facilitaba la tarea. Debo decir, a favor de los ayudantes, que al segundo día (la experiencia siempre es un punto a favor de uno) todo parecía desarrollarse com mayor celeridad y fluidez.
La complejidad de esta sesión estribaba en dos elementos: el posicionamiento de los maniquíes con sus distintas posiciones y movimientos respecto a las modelos, y la iluminación, totalmente de flash, que requería unas muy buenas lecturas de fotómetro, termocolorímetro y control de dispersión -incidencia de la luz, tanto en los sujetos como en el fondo negro, ya que al trabajar con diapositiva / trasnparencia no permitía ningún error, y Photoshop no estaba disponible.
Empleé tres generadores Broncolor con 6 antorchas de distintas potencias todas equipadas con aletas, algunos nidos de abeja y pantallas textiles junto a ceferinos con banderas negras, cinefoil, gasas difusoras, que fui combinando según necesitaba, y filtros de ND y CTB con los que controlaba la temperatura de la luz de flash.
Utilicé la Hasselblad 500 C con distintas ópticas predominando la de 80 mm. y la de 120 mm. con diapositiva Ektachrome 100 Asa y numerosas cargas de Polaroid. Cuando trabajas varios días en un plató, muy grande, totalmente negro y con luces muy puntuales dirigiendo un numeroso equipo de colaboradores, sientes como una cierta opresión por la responsabilidad que sólo se ve compensada por el trabajo bien hecho.
Imágenes correspondientes al catálogo general y campaña 91·92 GLORY