A lo largo de mi trayectoria profesional he fotografiado infinidad de campañas de baño, y para ello he recorrido: la costa mediterránea desde el Cabo de Creus hasta Marbella; he viajando hasta Lanzarote, Menorca, Sri Lanka, Barbados, Miami…, también las he realizado en estudio, pero nunca había tenido la posibilidad de que un cliente aceptará la propuesta de realizarla en una fundición, ya que debo decir que en general, los directivos de las empresas de baño, suelen ser muy conservadores y aman sobre todos las cosas, las tópicas localizaciones de: playas con arena blanca, agua turquesa, paredes blancas, piscinas lujosas…
La disparé hace 4.805 días y como no obtuve permiso para fotografiar en las playas gallegas repletas de “chapapote” por el efecto Prestige decidí que una buena alternativa a lo negro, pegajoso, sucio… del “chapapote” sería realizar la sesion en una empresa de fundición.
Los responsables de FUNOSA, la empresa de fundición, se sorprendieron, pero supongo, que al ser yo igualadino, como la mayoría de los directivos a los que conocía, no pudieron negarse. Acordamos, como no podia ser de otro modo, unas pautas de responsabilidades y normas de seguridad, para trabajar en las instalaciones y con la localización solucionada, junto con mi equipo, me dediqué a planear y estructurar la sesión.
Si optas por una localización de estética fuerte y contundente el equipo de profesionales (modelo, estilista, maquilladora, peluquera, ayudante…) también deben estar a la par, ya que con sus aportaciones: valientes, alocadas, irreverentes… ayudaran a obtener el look que hemos ideado y deseamos lograr, pues una corriente clásica en el equipo puede desestabilizar objetivos.
No es fácil que la modelo acepte trabajar, con bañador, en un ambiente lleno de esquirlas de metal fundido, sentarse en cubos de metal, reciclado, prensado y punzante, moverse entre pilas de carbón y una atmósfera llena de polvillo negro que se te incrusta en la cámara y los pulmones. Por todo esto dividí la sesión en dos partes principales: la interior donde utilicé un pequeño flash de mano para controlar la obturación de las coladas y que la modelo quedase integrada en el oscuro ambiente, y la exterior, en los depósitos de carbón y metal prensado jugando con las estructuras de la fundición, donde empleé una sola pantalla, ocasionalmente, para iluminar.
Disparé con la Nikon F3, mayoritariamente usé un tele de 135 mm f 2 con un filtro 1 A que mantenía un cierto toque en la piel, ya que la luz era totalmente de norte con unos 6.500º Kelvin y transparencia Ektachrome 100 Asa. Creo que los que se lo pasaron muy bien fueron los operarios de la fundición ya que les alegramos el día.
Imágenes correspondientes al reportaje “VESTIDES PER AL SOL”. Verano 2003