Puede parecer contradictorio, pero a veces es más difícil realizar un solo original fotográfico que varios, ya que éste (único) deberá reflejar todo aquello que el director creativo de la agencia de publicidad desea transmitir al comprador, y en consecuencia será analizado minuciosamente. Los errores o desviaciones del lenguaje narrativo indicado que tolerarán y aceptarán serán exiguos.
La disparé hace 6.302 días y aunque viajamos hasta el archipiélago de las Canarias hubo momentos que temí verme obligado ha regresar de Fuerteventura, donde nos encontrábamos, sin haber logrado la imagen deseada, ya que durante los cuatro días que permanecimos en la isla el tiempo fue pésimo.
Estas situaciones imprevistas son altamente estresantes, desequilibradoras, agotadoras… puesto que –aunque no hay un culpable- el reloj avanza, las imágenes de la campaña no parecen haberse obtenido, todo el equipo dirige la mirada al fotógrafo y en ese momento el gran enemigo –ya no es el mal tiempo- es el pánico que suele apoderarse de la situación.
No hay una solución infalible, pero una buena opción puede ser realizar algunos originales fotográficos alternativos a la propuesta encargada; hacer fotografías personales: locas, divertidas, irreverentes... al modelo, ya que esto suele relajar el ambiente; fotografiar les cielos cambiantes, etc, etc…, cualquier cosa que desintoxique la situación es buena y saludable.
Había localizado varios emplazamientos, pero ante las adversidades meteorológicas decidí permanecer en la playa del hotel y no malgastar el tiempo y energías en desplazamientos. Fueron unos días de “non stop”, permanecíamos en todo momento “ready” y el plan diseñado finalmente dio sus frutos, ya que unas horas antes de embarcar, apareció un amplio claro con sol que duró apenas una hora y así pude realizar el original de la campaña y pronunciar la mágica frase –tengo la imagen-.
Ante unas circunstancias tan adversas, y para estimular a Jorgensen, muy friolero a pesar de ser de origen nórdico, opté por trabajar cámara al cuello y seguir al modelo en sus carreras por el mar, preocupándome exclusivamente de no mojar la cámara, ya que a la tercera ráfaga de disparos de la Nikon, con una óptica de 80 mm f2 y filtro Wraten 1 A, estaba mojado hasta más arriba de la cintura.
El principal problema de esta imagen radicaba en el cielo nublado, con luz suficiente, pero muy denso, espeso y sin sol, por ende el agua del mar reflejaba una tonalidad gris muy desagradable y totalmente en desacuerdo para los cánones de una campaña de baño.