dimarts, 6 de setembre del 2016

La disparé hace 7.300 días


Los clientes por muy parecidos que nos parezcan, todos sin excepción, son diferentes y en consecuencia debemos darles un trato singular y muy personal. Saber, detectar, descubrir… cual es el adecuado, es tarea tan o más importante para el éxito de una sesión fotográfica como la luz, por ejemplo. 

La disparé hace 7.300 días y ellas son, solamente, algunas de las muchas, muchas imágenes que realicé, durante prácticamente todo el mes de Julio, para el departamento de publicidad de El Corte Inglés. El guión de trabajo estaba bien definido y cada uno de los originales fotográficos que se realizaba tenia ya un soporte adjudicado (catálogos, vallas, promociones semanales, campañas publicitarias en premsa, etc, etc…), pero si el director artístico del departamento creia que un original lo merecía, éste, era reubicado inmediatamente, ascendiendo, por ejemplo, de página simple de catálogo a portada e incluso a publicidad en prensa. 

Debo decir que a lo largo de mi trayectoria profesional, jamás he conocido a unos jefes de producción como “los hombres y mujeres de El Corte”. Si ellos no conseguían un permiso, al menos en aquella época, nadie lo lograba. Sus contactos y la mágica palabra “El Corte” lo posibilitaba casí todo, siempre había alguien que conocía al responsable que debía autorizar dicho permiso y tras una llamada de éste, la denegación pasaba inmediatamente a autorización. 
Tengo sólo buenos recuerdos de ellos y ellas, siempre estaban pendientes de que el trabajo se realizará en un ambiente: serio, profesional, agradable, cómodo, satisfactorio…, pero mi mayor estima es para Sergio, Lola y José Luis. Si estás en Madrid y debes fotografiar varias colecciones de ropa de invierno, en exteriores, en pleno mes de Julio, debes seriamente plantarte viajar al Norte. Nos decantamos por la zona de Santander, ya que nos ofrecía un amplio abanico de localizaciones donde ubicar las colecciones de los diferentes targets, estilos, looks… que lucirían las modelos: Lawrence, Mack, Laura y Noemí, que se iban incorporando a equipo a medida que transcurrían las sesiones. 

El cliente me pedía que las modelos tuvieran un acting natural, fresco, espontáneo… en las imágenes, pero, como casí todos los clientes, a la vez también querían ver perfectamente las texturas, los colores, los detalles… de sus colecciones y después de analizar el planing de trabajo, decidí que prescindiria de los equipos de iluminación, a los que El Corte Ingles estaba acostumbrado, pues con ello lograría dos cosas: ligereza y eficacia en las sesiones fotográficas y diferenciarme de la línea estética de sus fotógrafos habituales. 

Cuando debes realizar muchos originales y distintos looks, lo primero que pienso es en el equipo humano de profesionales que me asistirá en las sesiones, planifico el tipo de tomas a realizar, comentamos las colecciones y tipos de attrezzo para cada modelo seleccionada en el casting y me reúno con el asistente de fotografía, comentándole como voy a realizar las sesiones. 
Tras localizar unos días antes los espacios y obtener los permisos, realicé todas las sesiones simplemente apoyando la iluminación con distintas pantallas reflectoras y suavizantes, buscando sombras frías y abiertas para los looks más invernales. Trabajé con diapositivas Ektachrome 100 Asa y la Nikon F3 con un surtido de ópticas que iban desde el angular de 35mm hasta el tele de 300 mm f2,8 que me permitieron trabajar con los fondos en función de la localización que había escogido. No es fácil trabajar durante el mes de julio en exteriores con prendas de invierno, el calor agobia, el maquillaje se deteriora y en algunos momentos debes parar a la espera de que mejore la condición o el ángulo de la luz, ya que trabajando con pantallas la incidencia y la calidad de la reflexión es importante para dar uniformidad, día tras día, a todas las largas sesiones fotográficas. 

Imágenes correspondientes a la campaña otoño-invierno 1996 de El Corte Ingles