Mi compañera de viaje a lo largo de toda mi trayectoria como fotógrafo profesional, junto con Teresa, ha sido la de aplicar, a las campañas, publicitarias grandes o pequeñas, una dosis justa, equilibrada, ponderada… de innovación y originalidad. Esta máxima me ha permitido romper las pautas que normalmente las encorsetan y oprimen, pero en ese andar juntos, yo, como fotógrafo también he crecido, madurado…
La disparé hace 10.740 días y ella fue la imagen que CHRISTIAN DIOR utilizó para la campaña publicitaria de corbatas en España. Por aquell entonces todo aquello vinculado a la casa Christian Dior que tuviera lugar en nuestro país debía ser aprobado por su consejera delegada, durante más de treinta años, la princesa Beatriz de Orleans. Me complace decir que ésta fue bendecida por ella y que recibí su directa felicitación.
DIOR PARIS en aquella época, desconozco como funciona en la actualidad, seleccionava un elemento que obligatoriamente debía estar en la imagen de cualquier producto que se publicitara con su marca, y que la misma casa Dior se encargaba de facilitar.
El elemento común para las campañas publicitarias de Christian Dior durante algunos años fue una silla de estilo clásica tapizada en tela damascada de color beige, y ese fue el único requisito que recibí por parte del cliente cuando me encargo el trabajo.
Revise las anteriores campañas para cerciorarme de lo que no debía hacer y propuse al cliente darle a ésta un aire más fresco, joven, dinámico, informal… mucho más acorde con los nuevos looks masculinos que se iban imponiendo. Aunque algo temeroso el cliente aceptó la idea y el presupuesto, acto seguido empezamos a preparar la sesión fotográfica.
Lo primero fue hablar con la agencia de modelos Natasha’s para saber que dia tenia libre Joan Mateo de Mataró, uno de nuestros tops masculinos de los ochenta, ya que con él sabía que el original fotográfico imaginado sería plenamente realizable. Recibida su confirmación, hablamos con los otros colaboradores y nos centramos en ultimar los pequeños detalles.
No sabría deciros la cantidad de veces que Joan Mateo, manteniendo su cautivadora sonrisa levantó el brazo, pero, fueran pocas o muchas, lo logramos y ésta sesión fotográfica fue el inicio de una larga y fructífera relación con el Sr. Bertran, dueño de la empresa que fabricaba y comercializaba las corbatas de seda Dior, a parte de otras marcas de su propiedad.
Lo más importante en esta imagen fueron las diagonales que centraban la atención en la fotografía, para darle una sensación de movimiento, frescura y alto standing del producto y marca. Tuve que ensayar, con el modelo, su posición en el encuadre y el movimiento de las corbatas, estudiar la obturación de la Hasselblad con la iluminación del flash Broncolor pulso 4, equipado con una antorcha Hazilygth y una pequeña reserva lumínica, con una bandera negra, para degradar el fondo y equilibrar la importancia del smoking negro que vestía el modelo. Una imagen simple que dio muy buenos resultados.