Si aceptamos que un retrato fotográfico puede ser más revelador y más fiel con respecto a la fisonomía y la personalidad del retratado, debemos también aceptar la gran importancia que tiene el casting en cualquier proyecto –sea personal o profesional-, ya que el protagonista seleccionado nos trasmitirá infinidad de matices, muchas veces sin ser él consciente, y todas ellas influiran el el resultado de nuestro trabajo.
La disparé hace 5.710 días y ella -junto con tres imágenes más- fue uno de los originales fotográficos de la campaña publicitaria “Accu-Chek Compact” para Roche.
Mientras Mauricio Palouzie de la agencia de publicidad Lowe de Barcelona me explicaba que el eje principal de la campaña se basaba en transmitir a los afectados por la diabetes –público al cual iba dirigida- sensaciones como: seguridad, paz, relajación, comodidad…, yo, sin dejar de prestar atención a sus palabras, no podia dejar de pensar en las dos cosas que habría de centrarme para obtener unos resultados plenamente satisfactorios. La primera de ellas sería un buen casting y la segunda un emplazamiento donde se respirara una ambiente, placentero, relajado, saludable…, ya que si una cosa he aprendido a lo largo de los años es que las sesiones fotográficas destinadas al sector farmacéutico, por mucho que puedan parecer fáciles, nunca lo son.
Como no necesitaba un gran plató, puesto que no debía impresionar a nadie, ya que el cliente no asistiría a las sesiones fotográficas, de acuerdo con Teresa Jové, la responsable de producción, decidimos que Norbert Foto, un plató con un agradable jardín situado en la parte alta de la ciudad de Barcelona, sería el más apropiado para que el equipo trabajara en armonía y concordia. En él disponíamos de todo lo necesario técnicamente hablando y al estar ubicado en el centro de un esplendido jardín lo hacía especialmente adecuado para el tipo de ambiente que deseaba se respirara durante las sesiones fotográficas.
Las sesiones de “retrato” necesitan de un buen feeling, una mayor empatía y una gran complicidad entre fotógrafo y modelos, pues esta sintonía y entendimiento se reflejará en los resultados finales. Suelen ser sesiones que no tiene por que tener una gran complicación técnica, ya que el secreto está en la interacción entre fotógrafo y modelo y quizá por eso siempre suelo afrontarlas con sencillez y aplicando aquella máxima –que menos es más-.
Las imágenes debían concentrar, en unos retratos, todos los adjetivos indicados en el breefing de la campaña; decidí trabajar en B/N para que el color, que es lo primero que podemos observar en una fotografía, no distrajera la actitud zen de los modelos con los ojos cerrados. Debo añadir que el casting no fue fácil ya que a las personas, normalmente, les cuesta mantener este tipo de relajación facial manteniendo una buena expresión sin tensar la musculatura de ojos y cara, durante un cierto tiempo más o menos largo de la sesión fotográfica.
Trabajé con la Hasselblad 500 C, una óptica de 120 mm. y film T Max 100 Asa, iluminé con un flash Broncolor y un paraguas metalizado de grandes dimensiones, un único punto de luz que me proporcionaba el contraste idóneo para los retratos a la vez que me iluminaba el fondo.