Sin la plena confianza del cliente para con el fotógrafo a éste le es altamente difícil afrontar según que proyectos y, aun más, lograr objetivos satisfactorios. Los fotógrafos no debemos olvidar nunca que como: la amistad, el amor, el cariño… en la vida hay que trabajar firme, a diario y sin descanso para lograr que seamos depositarios de ella, ya que la confianza -entre todos los componentes del proyecto- es la base sobre la que sustentar el éxito.
La disparé hace 6.585 días y ella junto con otras muchas más imágenes es la prueba irrefutable de que no es imprescindible ser un “joven fotógrafo” para realizar originales fotográficos cuyo destino sean los consumidores teenagers, máxima que durante algunos años, aunque parezca ridículo, algunos publicistas mantuvieron. Por suerte para mi, la agencia de publicidad Frank&Enstein de Barcelona y la empresa Rosy O’Gradys no eran partidarios de esta corriente, pues valoraban la experiencia profesional.
No importa lo que vayas ha fotografiar, lo que realmente importa es prepararse concienzudamente y rodearse de un buen equipo.
Tuve claro desde un buen principio que acertar en la localización para la realización del catalogo “Enigma Beachwear Collection 2000” seria básico, y por eso me pareció idónea la idea de instalarnos en el hotel Carlos III de Alcanar, ya que su estilo arquitectónico encajaba perfectamente con el look de la nueva colección beachwear del cliente, sin perder de vista que éste (el hotel) reunía un sinfín de espacios en los cuales la tres modelos podían interactuar entre ellas y con el entorno, pues si de algo debíamos huir, como del hambre, era de las clásicas tomas: estáticas, sofisticadas, sin intencionalidad…, ya que en ningún momento podíamos olvidarnos de cual era el target de la clienta a la que iba dirigida la campaña publicitaria y el hotel, con su peculiar estilo setenta, era un aliado perfecto.
Aunque conocía el hotel lo visité de nuevo para poder diseñar con mayor exactitud el plan de trabajo, ya que como en la mayoría de las tomas precisaba de las tres modelos a la vez, debía encajar muy bien que serie de la colección beachwear iba en cada lugar y a que hora debíamos estar en él, pues el tiempo de espera -entre toma y toma- era bastante largo. También tuve en consideración, en mi plan de trabajo, el hecho de aprovechar los espacios interiores que me ofrecía el hotel, pues es mejor olvidarse de trabajar en exterior cuando el Sol luce en toda su fuerza. Crear un buen plan de trabajo es importante, pero hay que contar con una persona que se responsabilice de él y que sepa implicar, ilusionar, cohesionar… a todo el equipo para ejecutarlo y en esa ocasión, como en muchas otras, yo tengo la suerte de tener a Teresa Jové, pudiéndome, yo, liberar y centrarme única y exclusivamente a la construcción de los originales fotográficos que me habían sido encargados.
La campaña estaba estructura en dos partes: una de ellas se basaba en la aptitud espontanea, natural, libre… que las tres modelos (al igual que tres amigas de vacaciones pasándoselo súper bien) debían tomar ante la cámara. El acting estaba perfectamente ensayado y coordinado con la localización para que Helen, Marta y Anne pudieran ejecutarlo, pues el objetivo era mostrar al comprador que Enigma había creado una línea en su colección donde las piezas de sus bikinis eran intercambiables entre ellas. La otra parte era algo más pausada, pero sin perder ni un ápice de la afabilidad, franqueza, espontaneidad… eje central de la campaña.
Para las imágenes de movimiento usé la Nikon F3 con diversas ópticas y estudiando bien las obturaciones y movimiento de cámara. Para el resto de imágenes fotografié con la Hasselblad 500 C soportada a mano con la ayuda de un pequeño trípode de sobremesa que apoyaba en mi hombro, pecho o brazos… que me ayudaba a mantener buena estabilidad. El material sensible fueron las transparencias Ektachrome 100 y para compensar algunas zonas de sombra con elevada temperatura de color utilicé filtros Wratten de la serie 81. En los interiores compensé la luz natural del espacio con Kinoflous de 5.500º Kelvin y el apoyo de pantallas reflectoras grandes.
Las sesiones fotográficas, aunque algo agotadoras por los constantes cambios de escenarios en función de la luz, diria que gracias a la colaboración y empatia que se generó entre los miembros del equipo, todos disfrutamos de unos agradables, divertidos, creativos… días fotográficos en la Costa Daurada.
Imágenes del catalogo “Enigma Beachwear Collection 2000”