No siempre me he ilusionado con algunas propuestas profesionales a primera instancia, pero una vez aceptadas pongo a su servicio todos mis conocimientos técnicos y creativos, ya que no sé trabajar de otra forma, y creo que no debe hacerse de otra manera.
La disparé hace 12.715 días y ella fue durante años la imagen de “José Luis Peluqueros”, uno de los más prestigiosos, innovadores y transgresores de la ciudad de Barcelona por entonces. No era muy amante de trabajar para el sector de peluquería, ya que había tenido algunos problemas de impagos con ellos, pero José Luis era el peluquero de Teresa desde 1973 y, como comprenderéis, me fue imposible negarme a colaborar con él en la creación de una nueva imagen para su línea de comunicación (peluquerías, premsa, publicidad…).
Decidí que lo mejor para romper con su línea de comunicación habitual era salir a la calle, ya que sólo así lograríamos crear una imagen impactante y que se alejara de los tópicos que uniformaban al sector, permitiéndole a José Luis diferenciarse de sus competidores. Cuando me explicó el look de la imagen, no me preguntéis el porqué, pense en la Casa vídua Marfà de Barcelona. Me advirtieron que no lograría el permiso para fotografiar en el edificio, pero se equivocaron, ya que si lo logré. No me autorizaron por mi cara bonita, sino porque el espacio que yo quería utilizar a ellos les pareció adecuado y sin ningún inconveniente, pasaron nota al conserje para que me facilitara el trabajo.
Trabajar imágenes para peluqueros es rozar la perfección, ya que debe observase milimétricamente el peinado por cámara para mantenerlo exactamente a como lo ha dibujado en el papel, siendo nada provable que acepten mínimas variaciones. Son apasionados, viven intensamente las sesiones fotográficas y quizás por eso no dejan de interrumpir el desarrollo de la sesión con sus opiniones -se ha soltado un pelo, este gesto desvirtúa el peinado, cuidado con el viento, mueve el perro, un momento, hay que matizar el maquillaje… ¡¡¡ahora, ahora!!! dispara, que no se mueva ¡¡¡please!!! está perfecta, divina, maravillosa-. Puedo aseguraros que en algun momento desee poder callarlos, pero si aceptas trabajar para ellos, da por seguro que no poder callarlos, son así.
Siempre he sostenido que el oficio de fotógrafo es una cuestión de confianza hacia el profesional y sus propuestas de trabajo, y en una sesión exterior donde los imprevistos aumentan, el fotógrafo debe tomar las riendas con más firmeza de la habitual. Para esta sesión fue muy importante decidir el horario de la misma, ya que precisaba una luz solar directa para iluminar la escena, apantallando, sin ningún tipo de apoyo lumínico. La exposición era crítica ya que debía mantener detalle y separación en los negros, sin quemar las altas luces del peinado y la estola de piel que lucía la modelo María Jordà, que aguantaba estoicamente y no era fácil.
Trabajé con la Hasselblad 500 C con una óptica de 120mm y con film Blanco y Negro Ilford FP4, que por sus características fue el más apropiado por los requisitos técnicos que me había propuesto.
La sesión fotográfica despertó una gran atención entre los transeúntes del Paseo de Gracia que coparon la amplia acera. Fue tal la aglomeración que, periódicamente, teníamos que pedirles que se alejarán, ya que ellos (los espectadores) impedían que la luz iluminará correctament a la modelo.
Casa vídua Marfà.- Edificio del tipo residencial plurifamiliar construido (1901-1905) por Manuel Comas Thos. El edificio, situado en Paseo de Gracia 66 de Barcelona, utiliza un lenguaje medievalista combinándolo con elementos modernistas presentes particularmente en la planta baja y en el interior de la escalera. El acceso principal del edificio ocupa una gran parte del chaflán. La puerta está formada por tres grandes arcos de medio punto y columnas de fuste, corte y capitel floral. Los arcos se cierran con tres grande puertas de madera tallada. En el vestíbulo se repiten las grandes arcadas que dan paso a dos escaleras, la de los vecinos y la del principal. Esta última de aspecto monumental se cubre con una claraboya triangular de cristales policromados. En 2010 se restauró la fachada.