Quizás no se estudia en las escuelas de fotografia, pero creo que en cualquier sesión fotográfica un buen análisis de los objetivos –aunque pueda que no sea la clave del éxito- sí, nos conduce a mejores resultados.
La disparé hace 12.390 días y ella fue la autentica estrella de entre los diez originales fotográficos que realice para la diseñadora de moda Margarita Javaloy.
Fue una de las primeras sesiones que hice en el recién inaugurado plató de Gran Via de Barcelona y todos estábamos entusiasmados por disponer de un gran set fotográfico donde poder iluminar sin las limitaciones a la que nos habíamos enfrentado (Margarita y yo) en mi anterior plató, mucho más pequeño. Igualar un fondo completamente blanco sin retoque absoluto (os recuerdo que estábamos a finales de los ochenta) puede pareceros irrelevante, pero puedo aseguraros que nada más lejos de la realidad, de hecho me llevó mi tiempo encontrarle la media exacta, pero cuando le tome el pulso fue una de las iluminaciones (con sus muchísimas variantes y ajustes) que utilicé.
Hay clientes que saben lo que quieren y Margarita pertenecía a ese grupo, con ella, siempre fue más que fácil formar los equipos de colaboradores. Para esta sesión fotográfica la modelo fue Mercedes y el maquillaje y peluquería fue responsabilidad de Dereck de Cebado.
Al trabajar con transparencia color medio diafragma de más o de menos era significativo, para un buen original fotográfico, ya que la exposición debía ser perfecta en cámara, pues no tenías la posibilidad de las herramientas de Photoshop.
Disparar en una sesión de moda no te permitía utilizar el Braqueting como se empleaba en bodegones y debías ser muy fino al iluminar los fondos blancos, para que mantuviesen el tono, no desbordase la luz o te quedasen agrisados, para ello era fundamental la distancia entre la modelo y el fondo en algunos casos, en otros debías emplear antorchas de flash angulares y siempre un buen reparto de la iluminación controlada por numerosos puntos fotométricos. No obstante si habías incurrido en error o dudabas, tenías una última solución proponer un test al laboratorio y forzar en más o en menos el revelado de las transparencias color. No obstante cuando trabajabas en tu propio plató la experiencia te indicaba numéricamente con los datos fotométricos cuando un fondo blanco estaba perfecto.