dimecres, 24 de febrer del 2021

La disparé hace 9.155 días

 

En la realización de proyectos personales uno debe encauzar correctamente su creatividad y saber gestionar su soledad, pero en los proyectos profesionales todo es más complejo, ya que si no quieres desparecer desdibujado por las presiones de unos y otros debes saber conjugar los múltiples intereses que habitan en cualquier campaña publicitaria independientemente del tamaño de ésta y El Corte Ingles de los noventa era el máximo exponente. 
 
La disparé hace 9.155 días y ella fue seleccionada como una de las protagonistas de la campaña publicitaria “Mi primera comunión”, pero también fui el autor de las fotografías del “Catálogo”. La cantidad de originales a realizar era considerable y estuvimos trabajando durante una semana del mes de Enero en diferentes localizaciones de Murcia. 
Los responsables de producción de El Corte Inglés con los que he trabajado son lo más parecido a la perfección, pero Lola –la que gestionó este viaje- era algo excepcional. Era menuda y delgada, pero no se dejaba impresionar por nada ni por nadie y si logré trabajar en las Salinas de Coterillo (recinto salinero ya explotado por los romanos) en San Pedro del Pinatar, dentro del Parque Natural de las Salinas, lugar del que me enamore nada más verlo, fue gracias a ella y un poquito también a el hecho que pronunciar las palabras “para El Corte Ingles” abría muchas, muchísimas puertas. Nos denegaron el permiso, pero ante mi insistencia, Lola, como buena productora, averiguó la propiedad de las salinas cuya sede estaba en Palma de Mallorca, realizó un par de llamadas y justo en el tiempo de tomarnos un café teníamos acceso total para fotografiar. 
 
Buscaba un espació diferente donde fotografiar la campaña publicitaria y el catalogo de “Mi primera comunión” y por eso de entre los lugares que visitamos con Lola me decidí por trabajar en la Murcia, pues como estábamos en Enero su buen clima nos facilitaba la realización de las sesiones fotográficas, ya que la mayoría de los originales fotográficos que debía realizar eran en exterior. Montamos el plató base en la casa patriarcal de una finca donde se cultivaban mandarinas, pero a parte de utilizar la casa como set fotográfico, para nosotros era importante la situación y buena comunicación con las otras localizaciones, ya que nos facilitaba enormemente los desplazamientos de los niños y sus acompañantes, pues estos (los niños) variaban según los días. 
 
Trabajé con la Hasselblad 500 ELX, para controlar la iluminación en interiores dispuse de un HMI con lámpara Par, que es la luz más similar a la solar, y me permitía posicionar la iluminación a gran distancia del set sin que ésta obstaculizará las tomas fotográficas, ya que el entorno era una parte importante en las imágenes. En ocasiones compensaba y/o equilibraba con pantallas reflectoras que Jesús, mi asistente fotográfico, tras esa semana de trabajar con ellas se convirtió en un autentico experto. 
 
REPRODUCCIONES DEL CATÁLOGO “MI PRIMERA COMUNIÓN” EL CORTE INGLES 1996