Diria que lo más destacable de esta sesión fotográfica es como y de que manera han cambiado las cosas para un fotógrafo profesional. Y no me refiero única y exclusivamente en el apartado técnico, ya que más que un cambio éste ha experimento una revolución, hablo del número de colaboradores que en aquellos tiempos participaban en una sesión fotográfica y como éstos, con el paso de los años, se fueron incrementando, dando pie a profesiones como: maquilladores, peluqueros, estilistas, productores, asistentes de fotografía, directores de casting, transportistas etcétera.
La disparé hace 13.600 días en el distrito de Les Corts, en la Avenida Diagonal esquina con Numancia. Para ser más exactos justo enfrente de la mítica discoteca Up & Down -fundada por Oriol Regàs en el 1982- y que durante años fue punto de referencia de la noche en la Ciudad de Barcelona.
La revista Hogar y Moda me había encargado el reportaje de moda “Punto de calle”. No sabria deciros porque me decidí por trabaja enfrente de la Up & Down, pero creo que fue por la tranquilidad de la zona, que al estar cara Norte me proporcionava una luz fría idónea para la ropa de invierno que debía fotografiar y que la característica del negro edificio me aportaba un toque de modernidad, fueron determinantes.
Mi propuesta fue aprobada inmediatamente por la editora de moda Maria Casanova -una institución en aquellos tiempos para la revista HyM, más o menos y salvando las distancias, como Grace Coddington lo fue durante muchos años para Vogue- y con este tema solucionado me dediqué a otros aspectos de la sesión fotográfica.
Decidimos conjuntamente que trabajaríamos con la modelo Lisa de Nataha’s, ya que encajaba perfectamente con el acting que estábamos buscando y, al haber trabajado con ella en otras ocasiones, sabía de su profesionalidad. Acordamos que sólo realizaría siete originales fotográficos más portada, y lo mejor sería que las tomas fotográficas las realizáramos por la tarde, ya que la luz era perfecta.
El espacio de trabajo era idóneo con sus tonos negros acristalados, encajaba perfectamente con los colores invernales, blanco, negro, gris y azul cerúleo, tan sólo debía ordenar las tomas para aprovechar el cambio de la posición del sol que al acercarse a la puesta iluminaba parcialmente el set. Al ser un espacio urbano abierto casi no utilicé pantalla reflectora, pues el equipo de trabajo era tan reducido: modelo, fotógrafo, directora de moda y Teresa que asumía en su función de productora la de asistente ocasional, el apartado de peluquería y maquillaje lo solucionábamos enviando la modelo, antes de la sesión, a Cebado o Llongueras para que la pusiera guapa y el resto del día se retocaba ella misma.
El leitmotiv de la colección, “Punto de calle”, me indicaba para las fotografías un movimiento activo para una mujer segura desenvuelta y que supiera lucir las largas prendas de punto, por esto me centré en el acting de la modelo sin darle demasiada importancia a los cambios de fondo hecho que me permitía cierta rapidez en la toma de imágenes a pulso, que realizaba con Nikon y una óptica fija de 180 mm f 2,8 que facilitaba una cierta separación del fondo y Lisa. En esta época optimizábamos muy bien los recursos que disponíamos en base a una buena producción, el casting, localizaciones precisas, orden en las tomas en función a la luz natural y un equipo reducido pero muy implicado y con ganas de potenciar las dos únicas revistas de moda que se editaban en el país.
REPRODUCCIONES DEL REPORTAJE “PUNTO DE CALLE”