Hace algo más de treinta años realicé estas imágenes para la revista Cosmopolitan y seguramente haya olvidado algunos detalles, pero os aseguro que recuerdo muy bien los gamos y venados que se cruzaban en el camino por el que circulábamos dirección al castillo de Viñuelas (donde realizaríamos las sesiones fotográficas ) ubicado dentro del espacio conocido como Soto de Viñuelas e integrado en el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares en la Comunidad de Madrid.
La disparé hace 11.330 días y ella junto con doce originales fotográficos más dio lugar al reportaje de moda EL DÍA MÁS ESPECIAL para la revista Cosmopolitan editada en español. La revista comenzó en Estados Unidos y su primer número se publico en 1886 por Schlicht & Field bajo el título “The Cosmopolitan”. En la actualidad existen numerosas ediciones en distintos idiomas. Sus comienzos en España no fueron muy exitosos, pero en los noventa tomó impulso y se convirtió en una revista muy conocida y apreciada en el ámbito femenino.
Mi colaboración con la revista Cosmopolitan siempre fue en la etapa Sarah Glasttstein como directora de la misma y con Tessy Durigon como Directora Artística. Debo decir que mi trato era, por motivos obvios, mucho más habitual y frecuente con Tessy. Nos entendimos de maravilla desde el primer reportaje y colaboramos en varias ocasiones, realizando reportajes en Madrid o Barcelona indistintamente.
Su línea editorial en aquellos años diría que era algo provocadora o quizás debería decir innovadora, ya que con las propuestas que su editora de moda y estilista proponían a sus lectores lanzaban un potente mensaje a éstas “atreveros a vestiros libremente sin miedo a los nuevos colores, formas, volúmenes….nosotros os damos ideas, pero la decisión es exclusivamente vuestra”. Debo decir que su diferente línea editorial respecto a las demás revistas con las que habitualmente colaboraba (Telva, Hogar y Moda, Ymoda, Vestirama...) no afectaba para nada con la manera de trabajar, ya que en todas nos centrábamos en obtener unos excelentes resultados y formar equipos súper competentes y comprometidos.
Para esa producción trabajé con Noemí Vázquez como estilista. La peluquería fue responsabilidad de Angela Navarro y el maquillaje de Lourdes P. Briones. La parte de producción fotográfica estuvo a cargo de Teresa y de los nueve modelos (más un galgo) con los que trabajé, debo decir que sólo recuerdo a Greg Stone, con el que había trabajado infinidad de veces.
Fueron dos días de largas y laboriosas sesiones fotográficas en el castillo de Viñuelas donde todo el equipo trabajó al máximo y se esforzó para lograr los objetivos, y vistas la imágenes después de más de treinta años, creo que lo logramos.
Siempre tenemos días especiales, pero para muchos el más especial, por todo lo que supone, es el día de su boda. Para trabajar con un equipo de catorce personas en las sesiones fotográficas lo primero que aplicas es organización, para seguir con un guion creativo que debes trasladar al equipo de profesionales y modelos para que interpreten las situaciones de una boda y por último dar libertad creativa “controlada” frente a la cámara para que las tomas fotográficas transmitan espontaneidad y el buen rollo que se le supone en este tipo de celebraciones.
Una vez localizados los distintos espacios donde desarrollar las acciones con los novios, amigos, invitados, el perro y los atretzos trabajé cámara en mano siguiendo los personajes, cada uno de ellos con movimientos y acciones establecidas, cambiando distintas ópticas de la Nikon F2 y usando Transparencias Ektachrome 100 Asa, con luz natural en exteriores y apoyo de pantallas en interiores. Las sesiones fueron como una pequeña celebración donde no faltó de nada, pero la profesionalidad de todo el equipo quedó manifestada en cada una de las fotografías.
REPRODUCCIONES DE LAS PÁGINAS DEL REPORTAJE