El Servicio Militar para mi fue un etapa
meramente fotográfica.
Fotografiaba a los milicianos de Castillejos para que éstos pudieran enviar a
sus novias dichas fotografías y fotografié a tantísimos que pude comprarme una
Nikon F con juego de ópticas completo.
El
poco tiempo que me quedaba lo dedicaba a la fotografia más personal. Con la
fotografia de mi amigo Morgadella “el churrero” gané un primer premio y se
publico en la Revista Arte Fotográfico y con la fotografia tomada durante una
maniobras en Talarn-Lleida a Sillué, fotógrafo de reproducción mecánica en La
Vanguardia, participé en varias exposiciones colectivas y la incluí en mi
primer libro fotográfico de autor.