Si aceptamos que la palabra proximidad da cuenta de la cercanía tanto en el espacio como en el tiempo de algo o de alguien, debo decir que los dieciocho elementos extraños que me incrustaron en mi cuerpo, con la misión de sujetar e impedir la apertura de la incisión que un bisturí dirigido por mano experta trazo en mi cuerpo, han sido últimamente mi proximidad más real, autentica y actual.