Puede que el vinculo de mi familia con el mercado semanal en Igualada
hay influido en mi, pero debo reconocer que todo aquello que sucedía en él y a
su entorno me atraía enormemente. La cansina brigada de limpieza de enjutos
rostros, pieles arrugadas y muchos años en las espaldas armados de sus grandes
escobas de bruc, capazos de caucho reciclado, no por convicción sino por
carencia, esperaban pacientemente que se desmontaran las paradas para limpiar
no me cansaba de mirarlos y finalment los fotografié.