dimecres, 4 de novembre del 2020

La disparé hace 13.260 días

 

En la fotografia -como en cualquiera otra disciplina artística- aquello que preparas concienzudamente, suele, dar resultados positivos, pero como todos sabemos que no siempre ocurre, yo he llegado a la conclusión que algún pequeño percance ayuda a mantenerse estimulado, activo… y no caer en la rutina y la autocomplacencia. 

La disparé hace 13.260 días y ella junto a otras imágenes más formaron parte del reportaje “MASCULINO’S TOP” de la revista YMODA. La directora de moda, Maria Casanovas, una institución en aquellos años, había especificado que deseaba normalidad, nada de excesos, superficialidades… por eso aprobó la propuesta de: una única luz; fondo obscuro; modelos “top”, pero que no lo parecieran y mínimos accesorios. 
Seleccionamos como modelos a Joan Mateo natural de Mataró, pero con un book que impresionaba y a Jet, ya que ambos se complementaban. Joan Mateo aportaba un gran dosis de normalidad y Jet, diríamos, que le daba un toque algo misterioso y un punto sofisticado. 
Dadas las características de la sesión fotográfica trabajamos en mi estudio, que a medianos de los ochenta, estaba ubicado en un segundo piso de un edificio modernista del Eixample de Barcelona. No la recuerdo especialmente, lo que significa que fue una sesión fotográfica sin complicaciones, ya que las problemáticas, nunca se olvidan. 
 
La tendencia en la moda masculina se centraba en prendas amplias; una gama de colores que iba desde los grises hasta los crudos y con el punto de galga potente. También imperaban las prendas de punto combinado con piel y chaquetones gruesos, para el fin de semana de hombres duros y curtidos. Todo ello me invitaba a trabajar con una luz dura y rasante, la cual, para destacar los volúmenes de las prendas, apoyé con una pequeña pantalla. Las sesiones de moda masculina no acostumbran a presentar dificultad y mucho menos si circunscribes el encuadre de cintura para arriba, ya que entonces el acting de los modelos queda mucho más que resuelto. Para fotografiar la prenda con el máximo detalle posible utilicé la Nikon F2 con una óptica de 135 mm f2 y flash Broncolor Hazyligth con nido de abeja, ya que el plató no era excesivamente grande y buscaba concentrar, en cierto modo, la iluminación. 
 
REPRODUCCIONES DE LAS PÁGINAS DE LA REVISTA YMODA