dimecres, 22 d’octubre del 2014

La disparé hace 10.125 días


El desnudo ocupa una parte importante en mi fondo fotográfico, ya que hace mucho tiempo que utilizo el cuerpo desnudo, femenino o masculino, como herramienta de expresión creativa, realizando múltiples sesiones para campañas publicitarias o para proyectos personales. 
Creo que el desnudo tiene un cierto atractivo para el fotógrafo, aunque en mi experiencia en la docencia también me he percatado que hay fotógrafos que le temen y son incapaces de enfrentarse a la imagen pura de un cuerpo humano: la desnudez con sus formas y texturas cambiantes; los volúmenes de luz y sombras; la empatía necesaria con los o las modelos… 

La disparé hace 10.125 días y ella es uno de los 20 originales fotográficos que tomé para la campaña publicitaria dirigida y creada por Isabel Coixet, la más internacional de nuestras directoras de cine en la actualidad en nuestro país. Por aquel entonces, Isabel Coixet, era Directora Creativa Publicitaria de una prestigiosa agencia de publicidad, y se le atribuía la reputación de: hablar y pensar en clave cinematográfica y de no ser nada benévola en las sesiones fotográficas. Debo decir que nuestra relación laboral (colaboré con ella en varias ocasiones) fue siempre plenamente satisfactoria, ya que me centré en obtener lo que habíamos acordado en la reuniones de pre-producción y tener siempre en la nevera Coca-Cola (en envase de cristal) a la que era ligeramente adicta. Sumamente creativa e inteligente, defensava sus ideas y las fotografías capturadas baja su supervisión como nadie, aceptaba sugerencias siempre que éstas mejoraran los objetivos y guardo un gran recuerdo de las campañas en las que trabajamos juntos. 

La imagen de campaña promocionaba moda sin prendas, se buscaba en el desnudo, la identificación de la mujer con la belleza de la colección y se publicaba en numerosas contraportadas de revistas femeninas. El blanco y negro de las imágenes fue una novedad en las campañas publicitarias de aquel momento. Usé la Hasselblad con una óptica de 120 mm y un filtro softar que confería una especial textura al film T Max de 100 Asa. La iluminación era muy simple, un Hazilygth de Broncolor como luz principal y un Streptlight con un nido de abeja que matizaba el fondo, muy separado de la modelo, consiguiendo con ello un buen equilibrio tonal. 
El tiraje de los originales en papel los realizó Manel Serra utilizando distintos reveladores en la misma copia para no perder ningún matiz.