dijous, 27 d’agost del 2020

La disparé hace 8.140 días


Los clientes suelen tener cada uno de ellos su personalidad, pero, en general, suelen parecerse. Todos, sin excepción, quieren que pongas al servició de su campaña publicitaria tu experiencia, conocimiento… y si es posible al menor coste. Sin embargo en mi primer contacto con El Corte Inglés me percaté que ellos eran diferentes, no digo –si peores o mejores-, pero sí diferentes. Tomé nota y nuestra relación, mientras duró, fue más que excelente. 

La disparé hace 8.1400 días y ella fue la imagen premium de la campaña de publicidad de verano infantil. El protocolo, por usar una palabra que ahora está de moda, del equipo de publicidad de El Corte Inglés era muy simple. Una llamada de teléfono para saber –si estabas libre- los días que ellos tenían previsto realizar las sesiones fotográficas. Si la respuesta era afirmativa en uno o dos días viajabas a Madrid. El equipo de producción te facilitaba transportes y alojamiento que debías escoger, e insistían en que no olvidaras ningún tiquet de tus gastos, “sin tiquet no se cobra”. Nada más poner los pies en Madrid, taxi y reunión con Juan Ruíz. En ésta él me explicaba el concepto-estético y otros detalles de la campaña que para ellos eran importantes y a continuación se incorporaban los colaborados para coordinarnos. 
Los diferentes responsables de producción de El Corte Inglés con los que he trabajado en diversas ocasiones, debo decir que eran híper eficaces y resolutivos con todo lo que un fotógrafo pueda precisar en una campaña, pero pronunciar las palabras “para El Corte Ingles” abría muchas, muchísimas puertas. 

Trabajamos en plató con fondo blanco, e iluminé el set con una luz blanca total que me permitía trabajar desde cualquier ángulo y punto de vista. La campaña era la moda de verano infantil y el casting requería toda una tropa de niños de diferentes edades; para mi la elección se centraba en la empatía que podía generar con ellos ya que buscaba tomas un poco especiales de punto de vista y acciones entre ellos. Debo decir que este tipo de sesiones es agotador porque a cada niño, niña o grupo de ellos, tienes que conquistarlos y mantenerlos en atención todo el tiempo, ya que si se aburren o no lo consigues la sesión se ha terminado. Es muy importante la complicidad de estilistas y maquilladores para mantener el interés del resto de niños que espera, mientras tu estás fotografiando. 
Cuando has conseguido formar un equipo de trabajo compacto e implicado, los resultados finales con los niños siempre son muy agradecidos.