dimecres, 11 de març del 2020

La disparé hace 10.995 días


Para saber si uno goza de la confianza del cliente no hay nada como sacarlo de su zona de confort. Si optáis por hacerlo aseguraros que contáis con un buen equipo, con el que habéis planificado bien las sesiones fotográficas. 

La disparé hace 10.995 días y supe en el momento de hacerlo que seria la autentica protagonista de la campaña Primavera- Verano de la línea masculina de Peyton. No recuerdo con exactitud cual fue el motivo por el que con Francesc Quilez, director creativo, de la agencia de publicidad Lowe – Dos por Dos decidimos trabajar en un estación de tren, pero lo hicimos. 

Sabido que en publicidad a uno no le aprueban cualquier estación de tren y mucho menos en los noventa. Teresa directora de producción –hábil como nadie al teléfono- logró el permiso para trabajar en la estación de Portbou. Ésta destaca por la marquesina de hierro y cristal cubriendo las andanas, fue construida por los talleres de Joan Torras Guardiola. Torras era conocido como el Eiffel catalán por su dominio de las estructuras de hierro en grandes obras de ingeniería. 

Diria que en las sesiones fotográficas una parte importante de su éxito radica en como se organizan y, ésta no era precisamente de las fáciles. Viajamos desde Barcelona hasta Portbou el mismo día de la sesión en un microbús, ya que fue imposible encajar las agendas entre los cuatro modelos para hacerlo la víspera. El compañero de la ayudante de Tona Coromina, la estilista, que ya había colaborado con nosotros en otras sesiones fue el conductor, pues a pesar de su look de rockero duro -que asustaba a algunos clientes- era eficiente y responsable y, algo muy importante, disponía de carnet para conducir un autobús. 

Salimos a las seis de la mañana de Barcelona y a las nueve más o menos ya estábamos en Portbou. Fuimos recibidos por el jefe de la estación que muy amablemente nos condujo hasta la sala que nos había reservado para que nos instaláramos. Descargamos, desayunamos y tomamos posición del espacio. Mientras el maquillador-peluquero, Ronny, preparava a los modelos: Grec, Ian, Johny y Gregory, la estilista, Tona Coromina, y su ayudante daban los últimos toques de plancha a las prendas de la colección que debíamos fotografiar y organizaban las prendas que (según indicaciones del cliente) cada uno de los modelos tenia que llevar, el director creativo y yo fuimos localizando los espacios más idóneos o posibles donde realizar las tomas fotográficas. 

No era habitual, pero tampoco inusual negociar con las agencias de modelos un precio por las horas de sesión fotográfica, propiamente dicho, y otro por las horas destinadas a los viajes. Teresa así lo hizo y, según las anotaciones en su agenda, cumplimos nuestro pacto de cuatro horas. Quizás pueda parecer mucho tiempo para la realización de un par de originales fotográficos, pero no lo es si en ellos debes sincronizar la acción de cuatro modelos. 

Para esta sesión buscaba un punto de vista muy bajo que ensalzara la presencia de los cuatro modelos caminando hacia cámara, potenciando la estructura difusa de la cubierta de la estación como fondo iluminado y los cuatro a contraluz para conferirles naturalidad en el acting. Al ser un espacio muy largo, alto y cubierto me permitió trabajar con un objetivo catadióptico de 350 mm. montado en la Nikon F3, con motor, que la situé dando la vuelta a la barra de extensión del trípode Gitzo de forma que la rótula del mismo me quedaba a ras del suelo, con lo que mi posición de disparo era en cierto modo cómica si no quería cargarme las cervicales. 
Para esta toma el ensayo fue imprescindible ya que mi posición no me permitía un control total del momento de disparo, con lo que estudiamos los pasos necesarios que tenían que dar los modelos hasta llegar a una franja de luz en el suelo, que yo podía visualizar por cámara y que me permitía un cierto margen de foco con la poca profundidad de campo del objetivo catadióptico. 
La iluminación diurna era la propia de la estación de Portbou apoyada por una pantalla reflejante mas o menos frontal, ya que el reducido ángulo de la óptica lo permitía, para iluminar los cuatro modelos. Trabajé con transparencia Ektacrome 100 Asa y un filtro Skyligth en el interior de la óptica para darle calidez a las imágenes, que en cierto modo podían recordarnos algunas míticas escenas que todos hemos visto en la gran pantalla.