dimecres, 21 de setembre del 2022

La disparé hace 9.155 días

 

No sé porqué los “gurús fotográficos” detestan la fotografía de moda o publicitaria y algunos de ellos incluso la clasifica de menor. Creo que cualquier disciplina fotográfica tiene intrínsecas sus particularidades creativas, cuenta la realidad de la sociedad y refleja la época en la que ésta fue tomada, por eso nadie debería despreciar su valor. 
 
La disparé hace 9.155 días y ella junto con una docena de imágenes más formó parte de la campaña publicitaria de la colección Primavera - Verano 1998 de la empresa igualadina Escorpión. La agencia de publicidad ABM era la que gestionaba la cuenta y Santi Anglada su director creativo. A lo largo de mi trayectoria profesional me he percatado que, a priori, es mucho más fácil fotografiar acciones que sensaciones, por eso cuando me explicaron que el leitmotif de la campaña era “punto fresco” supe que la cosa no iba ha ser plácida – aunque con Santi jamás lo era -, ya que nada nos gustaba más a ambos que un buen original fotográfico. 
 
Tras largas reuniones concluimos que la localización más idónea donde realizar las sesiones fotográficas sería en una piscina vacía, grande y pintada de azul. Hasta aquí nada que objetar, pero Santi también quería cuatro submarinistas completamente vestidos con los clásicos trajes de noepreno para que interactuaran con la modelo, sillas metálicas con la que llenar la piscina, un sofá… y - quizás los más importante - quería “originales reales” (como los llamaba él) nada de montajes en Photoshop, con él (Photoshop) sólo pequeños retoques, como eliminar los arneses con los que colgábamos a los submarinistas, pero no montajes. 
Yo no tenia ningún problema en realizar los originales fotográficos que él me demandaba, pero era evidente que había llegado el momento de hablar de dinero y fue entonces cuando Teresa Jové, directora de producción, y Carmen Cruz, ejecutiva de la agencia de publicidad, entraron en escena. Se por experiencia el poder de los directores creativos, pero si estos, además, son los dueños de la agencia publicitaria: éste es infinito. Actualizado y aprobado el nuevo presupuesto empecé a trabajar en construir el equipo de colaboradores que me acompañaría en la realización de la campaña “Escorpión Spring-Summer `98”. 
 
La producción ejecutiva fue responsabilidad de Fernando Bofill, un grandísimo profesional y muy buena persona, con el que ya habíamos trabajado en otras ocasiones. 
En Les Fonts, núcleo de población del Vallès Occidental situado al sur de Terrassa, fue donde Fernando localizó la piscina y consiguió todos los permisos para trabajar en ella, incluida la autorización para pintarla. Al ser una instalación en fase de renovación, estaba en desuso y eso nos permitió tomar el lugar y trabajar libremente en él. Los equipos de iluminación de Zeferino, como los técnicos eléctricos y la estructura mecánica de “trilites” incluidos también los montadores de ésta los gestionó impecablemente Fernando. 
Los asistentes de fotografía fueron, dos de mis habituales, Miguel Àngel Romero y Ferran Siuró. El maquillaje, peluquería y estilismo estuvo a cargo de Estrella Elorduy. Todo aquello referente a los submarinistas (su selección, vestuario y atención en la sesión) fue responsabilidad de Virginia Barrés. Ese excelente y potente equipo de colaboradores, en los que tanto Teresa como yo, teníamos plena confianza, hizo posible que Teresa pudiera seguir trabajando en otro tema en el que estábamos inmersos y que no podíamos ni queríamos desatender. 
 
Determinar, con pocas palabras, como se realizó una campaña de moda primavera verano con localizaciones de día y noche durante varios días con un equipo de veinte personas, entre modelos técnicos asistentes y directores, es decir que cada uno se ciñó en su responsabilidad. Y el deseo de obtener buenos resultados aunó a todo el equipo a trabajar juntos y así logar los objetivos y el resultado previsto. Trabajé con la Hasselblad 500C y transparencias Ektachrome y Negativo B/N de 100Asa. Montamos una pasarela con estructuras trilites que cruzaba la piscina y servía de soporte a las poleas que sujetaban, suspendidos en el aire, a los submarinistas. 
 
Disponía de un fresnel HMI de 12 Kw con un grupo electrógeno para iluminar el contraluz nocturno y cuatro dedolights que actuaban como linternas en manos de los submarinistas y junto a una máquina de humo artificial, conformaban la atmósfera de un original que iluminaba a la modelo con dos pantallas de fluorescentes. 
 
La mayor parte de la producción se realizó con luz solar y para su control disponía de dos palios Blanco y Negro, ya que al trabajar en el fondo de una piscina el movimiento del sol a lo largo del día implicaba modificar las iluminaciones en cada original de la campaña. 
Quizás lo más notable como anécdota fueron los esfuerzos que mis asistentes tuvieron que realizar al mantener suspendidos en el aire a los submarinistas, que eran unos cachas, los litros de sudor que les provocaron los neoprenos a pleno sol y las horas de ensayo y obtención de puntos de vista que demandaba cada imagen. 
Lo bueno que tiene este tipo de trabajos en los que el director creativo y dueño de la agencia de publicidad está presente en las sesiones, es que te permite ir modificando el guión previo en función a las circunstancias de cada momento, y os puedo asegurar que este tipo de improvisación controlada te da un subidón de adrenalina que estimula tu creatividad. 
 
Reproducciones del catalogo Escorpion Primavera – Verano 1998