dilluns, 1 de març del 2021

JUAN MANUEL CASTRO PRIETO EN FINEART

 

Si ya sois conocedores de la obra de Juan Manuel Castro Prieto (Madrid 1958) de formación autodidacta, seguro os acercareis a la exposición “Cespedosa” que se exhibe en el Museu de la Pell de Igualada dentro del marco del Festival FineArt totalmente convencidos, pero en caso que no lo conocierais estoy seguro que en menos de 55 SEGUNDOS ya habréis sido seducidos por las fotografías de Juan Manuel, un referente de la fotografía española. 
 
CESPEDOSA.- Esta exposición comisariada por Chema Conesa y producida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte se centra en Cespedosa de Tormes, un pequeño pueblo de unos quinientos habitantes de la provincia de Salamanca, donde nacieron y vivieron los progenitores del autor hasta su migración a la capital, donde nació Juan Manuel. 
 
El pueblo de Cespedosa de Tormes constituye el lugar de referencia del entorno vital del fotógrafo. Su infancia, sus primeros recuerdos, su juventud y su amor sucedieron en este escenario al que regresa una y otra vez y donde habita durante largas temporadas. Aquí el autor encuentra un abonado campo sentimental donde ensaya su encuentro con la fotografía y explora su memoria a través de la construcción de imágenes. Su trabajo consigue una coherencia que se reafirma con el paso del tiempo, y da lugar a todo un recorrido en diferentes etapas de una manera de fotografiar, una manera propia de construir un discurso fotográfico germen de otros muchos trabajos y a la vez, núcleo reconocible y palpable de la manera de mirar de este consagrado autor. Castro Prieto nos muestra una Cespedosa que trasciende la mera descripción fotográfica, que va más allá del documentalismo al uso y que actúa como lugar mágico para el autor donde da rienda suelta a sus ensoñaciones y sus pulsiones creativas. 
 
La exposición de 184 fotografías se organiza en seis apartados y se complementa con dos vídeos 
 
El primero es «Álbum perdido», que es el más cercano a la descripción topográfica de Cespedosa y actúa como receptor físico del paisaje, una descripción resuelta en composiciones que compartimentan el espacio, pero se muestran unidas. Se trata de cuatro polípticos de 3, 4 y 6 piezas que describen el paisaje del entorno del pueblo y el interior de una habitación típica de esta geografía. 
 
El segundo apartado lo titula «Primeras fotos», y comprende los orígenes de Castro Prieto. Sus primeras imágenes como aficionado y soñador del oficio deseado, sus seres queridos más cercanos, sus rincones de ocio, sus espacios a explorar. 
 
En un tercer apartado llamado «Bocetos», se exponen las claves de su pensamiento fotográfico en forma de fotografías de pequeño formato, polaroids algo ampliadas, que constituyen una auténtica hoja de contactos donde están las claves de lo que interesa formalmente al autor, los objetos y la forma de acercarse a ellos que nos avanzan lo que llegará a ser la foto finalmente realizada. 
 
Un cuarto apartado lo titula «Escrito en las sombras», y se compone de una selección de unas 30 imágenes ya en tamaños de 50×50 y de 100×100 cm, donde se recoge su trabajo inicial profesionalmente resuelto y más cercano a la visión descriptiva y documental, donde ya aparece el retrato, la disociación espacio y tiempo y el realismo mágico que augura en sus etapas posteriores. Unas cuantas imágenes de este apartado constituyeron el trabajo Días noches y Álbum de familia. 
 
El quinto apartado, Círculo Inverso, recoge la explosión de toda su creatividad que dio lugar a su trabajo Extraños, comenzado en su pueblo y que constituyó el cuerpo de trabajo de su exposición conmemorativa del premio Comunidad de Madrid y Equilibrio inestable. Forman parte de este apartado alguna imagen conocida y, sobre todo, nuevas en blanco y negro y en gran formato. 
 
El sexto y último apartado constituye el núcleo más novedoso de la exposición. Bajo el título Una incierta luz, reúne más de 30 fotografías en color en gran formato impresas en papel vegetal e inyección de tintas. Aquí se recoge la esencia de trabajos como Interiores, Obsolescencia, Caín y Pandora. Son imágenes mágicas, apoyadas en objetos cotidianos abiertos a la interpretación de cada cual, fotografías en busca de significados que anteponen sensaciones a certezas, y eso sí, envueltas en una plasticidad desbordante de forma y color como sello reconocido y reconocible de Juan Manuel Castro Prieto.  
 
 


Fotografías tomadas en el Museu de la Pell de Igualada durante la visita a la exposición CESPEDOSA de Juan Manuel Castro Prieto dentro del Festival Fineart 2021 
 
*Texto: Fragmento de Moon Magazine