En Igualada, hasta 1978, el tren circulaba paralelo al
Paseo Verdaguer hasta llegar a la estación termino situada en la confluencia
con la calle Santa Caterina. Los pasos a nivel urbanos eran precarios, por
decirlo educadamente, y los accidentes -sobretodo en las horas punta que
coincidían con el principio y fin de la jornada laboral- eran frecuentes.