En mis recorridos a pie por la comarca que realizaba los domingos, me acostumbraba a encontrar con una pareja de indigentes que recorría el itinerario por pueblos, caminos y carreteras en sentido contrario. Tras algunos encuentros, un domingo al salir de misa en el pueblo del Bruc, obtuve esta fotografía que os muestro y, con una breve conversación con la señora del abrigo negro, me confirmó la sospecha que desde hacía tiempo tenía, eran prácticamente los últimos “pòtols” que quedaban en la comarca.
La palabra “pòtol” define a la persona que vagabundea y vive miserablemente al margen de la sociedad, eran personajes marginales que obtenían un magro sustento en las masías que encontraban en su circunvalación territorial, a veces a cambio de unos días de techo y comida realizaban simples trabajos. Su vida se centraba en el vagabundeo con lo que no permanecían mucho tiempo en un mismo lugar, no eran mala gente ni delincuentes, simplemente tenían otro modo de entender la vida, siempre al margen de la sociedad establecida.