dijous, 4 de desembre del 2014

La disparé hace 9.855 días


Enfrentarme al cuerpo desnudo, femenino o masculino, jamás me ha supuesto un problema. Siempre lo he encarado desde el respeto hacía los modelos y con total naturalidad, quizás por eso no es inusual encontrar en mi archivo un sinnúmero de imágenes en que desarrollo, indago, investigo… el desnudo. 
Aunque pueda parecer extraño, el planteamiento, estructuración… de una sesión de desnudo no se asemeja en nada al de una sesión de underwear, pero sin embargo son complementarias, ya que la experiencia que se adquiere en ambas (desnudo / underwear) te enriquece y fortalece ante la toma fotográfica. Si admitimos que el cuerpo desnudo es hermoso, aunque no sea perfecto, ya habréis adivinado cual de las dos sesiones requerirá más equipo técnico y humano, preparación, recursos, paciencia, astucia… de las dos. 

La disparé hace 9.855 días y toda ella debía respirar sweet&soft, ya que éste era el mensaje de la campaña de publicidad. Es muy habitual que los directores creativos de las agencias de publicidad y / o clientes hablen de adjetivos cuando se refieren al acting del protagonista, cuando en realidad seria más lógico que hablaran de verbos, pero muy pocos suelen hacerlo, y con el tiempo uno llega a interpretarlos. 
Hacía poquito que me había trasladado a un nuevo estudio que reunia, en cuanto a dimensiones y equipo técnico, todas las condiciones para poder trabajar cómodamente los dos días que había previsto, necesitaría, para la obtención de todos los originales o sea que este tema no me preocupaba. 
Para mantener y acentuar el sweet&soft decidí trabajar en B/N y colorear posteriormente los originales con aerógrafo. Se que para muchos os será difícil imaginar que la imagen que ilustra este post fue iluminada /pintada a mano con aerógrafo, pero así fue como se hizo (no os olvidéis en que año fue realizada la imagen) y por eso, el aerógrafo, fue un colaborador vital en esta campaña, ya que el color de la prenda en la fotografía debía ser exacto al color del producto real que se anunciava y que el consumidor adquiriria. 

Todos los otros aspectos (casting, peluquero, maquillador, estilista, fondo…) correspondientes a producción fueron, como era habitual, responsabilidad de Teresa y no hubo problema ninguno. En esta sesión conocí a Jorge de la Garza, que no hacía mucho había llegado de Méjico, y a la modelo, barcelonesa, Maise con los que trabajé en muchas más ocasiones, muy especialmente con Jorge de la Garza. 

En los castings para sesiones de underwear hay que ser muy minucioso y exigente, ya que no tan solo el cuerpo de la modelo debe encajar con la talla disponible del producto sino también con el target de la campaña. 

Posicionar la modelo medio recostada en una chaise longue (como me había pedido el cliente) sabia por experiencia que me daria problemas, ya que: no es cómoda para la modelo en sesiones largas (y las de underwear suelen serlo); acentúa y destaca imperfecciones del cuerpo (normales por la posición) pero no deseables en la imagen y lo más importante es una injerencia que distrae. En estas situaciones siempre aplico la norma de Steven Meissel –si fotografió zapatos, fuera sombreros-. 
Decidí montar un soporte con cajones de cámara, toallas, listines telefónicos y toda suerte de elementos con los que íbamos moldeando y adaptando la posición de la modelo a nuestro gusto. Lo cubrimos con una inmensa tela de algodón blanco que se unia al fondo, situado, todo ello sobre una plataforma elevada que me facilitaba el punto de vista. 

Trabajé con B/N T Max100 en la Hasselblad 500 ELX con óptica de 120mm. porqué la proporción del cuerpo y la profundidad de campo eran ideales. Iluminé con un Hazyligth Broncolor que me facilitaba un contraste ligero pero suficiente para resaltar los detalles de la blonda y del tejido. El encuadre lo planteé cerrado, ya que la atención debía centrarse en el producto.