55 SEGUNDOS, a veces, suelen ser suficientes para saber que has encontrado un tema sobre el que articular un proyecto, pero se precisan algunos más para la realización de éste.
En plena calle y en diferentes ciudades fotografié la obra de Igor Mitoraj y en ella encontré los elementos necesarios, precisos, imprescindibles para poder construir la serie Monuments palabra que proviene de un término latín que significa recordar.
Monuments es un viaje fotográfico imaginario, creativo y libre a través de: dioses rajados, héroes mutilados, ídolos vendados y mitos perdidos que nos remontan ha evocar nuestros orígenes, invocando nuestros valores y reafirmando nuestra memoria.
Si Marinetti en su manifiesto futurista (1909) ataco y desprecio la Victoria alada de Samotracia para rendir culto al progreso técnico, yo me encamino a beber de los clásicos para poder afrontar con firmeza y determinación los retos del futuro y recordar que la memoria a igual que los mitos puede ser frágil.
* Igor Mitoraj maltrata al mito, lo hace trizas y lo vuelve a construir en su degradación. Hay ciertamente, en la rotundidad de los bustos, de los rostros, de las armaduras, una búsqueda de la serenidad clásica. El mundo antiguo, que el escultor reclama, nos llega triturado por el tiempo: brazos, narices, cabezas cortadas, torsos partidos, manos misteriosas que intentan una caricia tristísima. La amputación, la resquebrajadura, la fisura son en realidad la parte esencial de la obra, la imagen antigua tan sólo es el soporte, de forma que esta serenidad mutilada expresa la ansiedad presente.
*Extracto del texto de Maria Aurèlia Capmany del catálogo de la exposición de Igor Mitoraj en la Sala Gaspar de Barcelona 1989.