dimecres, 16 de gener del 2019

La disparé hace 11.155 días



Hay sesiones de las que recuerdas detalles, pequeñas anécdotas, contratiempos, imprevistos, amistades que todavía perduran… sin embargo, hay otras que las recuerdas por aquellos amigos-colaboradores que se fueron y, hubo una época que se nos fueron demasiados.

La disparé hace 11.155 días y ella fue la imagen de la campaña de la línea masculina “Merino Wool” para Pulligan. El director creativo por aquel entonces, Jaume Ramblas, diseño la colección otoño invierno 1988-89 centrándose, básicamente, en las materias primas. A cada una de las diferentes líneas ( esport, casual, clásica, new look…) de la marca le adjudicó una materia prima existente en el mercado o creándola si esto fuera preciso, ya que sólo así –afirmaba- podia dotar la colección de personalidad y estilo propio. 

La empresa Pullligan fue creada por la familia catalana Jover en 1885. Su jersey de punto menguado de cuello pico fue su producto fetiche, convirtiéndose éste en sinónimo de la marca y durante años fueron líderes del sector textil español. A medianos de los ochenta de la mano de la bilbaína Mª Carmen Maguregui empecé ha colaborar con ellos y si no me falla la memoria la primera sesión fotográfica la realice en el jardín de la casa pairal en Canet de Mar justo detrás de la fabrica. Los distintos directivos creativos fueron sucediéndose unos a otros, pero –no me preguntéis porqué- yo segui como fotógrafo. 

La idea de la campaña se basaba en comunicar al comprador que en las diferentes líneas de la colección de Pulligan había una que encajaba a la perfección con él, independientemente del color o la forma. Debíamos hablarle al futuro comprador de que las prendas de la nueva colección eran higth class, ya que éstas se habían confeccionado con las mejores materias primas que aportaban a la colección y a la marca un valor añadido, sin olvidarnos que en ellas se reflejaban las tendencias más cool del momento. 

Ante tales premisas les propuse trabajar en blanco y negro, con una luz cinematográfica y que se atrevieran a seleccionar a un modelo con un ligero toque misterioso, reservado, arcano, impenetrable… o sea, totalmente opuesto al look californiano que se estaba –por momentos- imponiendo con fuerza. Valoraron la propuesta favorablemente, aprobaron el modelo Jeff que les propuse, aceptaron el presupuesto y en consecuencia nos pusimos en marcha. 

En la imagen de campaña no era importante la prenda, debía transmitir un look muy masculino y nada convencional, con una cierta irreverencia y misterio sobre un personaje conceptual. El Blanco y Negro en 35 mm. era perfecto, acentuando el grano de la emulsión nos situaba al personaje en un espacio indefinido y casi prohibido, el fuerte golpe de luz de un spot fresnel y un plano cercano en desequilibrio, completaron la imagen que daba fuerza a una colección que marcaba tendencias. Una vez combinados los aspectos técnicos de la imagen, en la sesión, me centré en comunicar a Jeff todos los aspectos antes comentados, para que su expresión facial los recogiera en una décima de segundo.