dimecres, 15 de juliol del 2020

La disparé hace 12.590 días


Hay sesiones de las que recuerdas detalles, pequeñas anécdotas, contratiempos, imprevistos… de esa no recuerdo nada en particular o sea, que debió ser una sesión sin complicaciones. Y el motivo de ello, como no podia ser de otra manera, fue la buena planificación y acierto en la selección de los colaboradores y especialmente en el casting. 

La disparé hace 12.590 días y ella fue la imagen de la campaña de una de las colecciones masculinas de Pulligan. Creo recordar que fue de las últimas sesiones fotográficas que realicé con la bilbaína Mª Carmen Maguregui, directora del departamento de publicidad de la empresa creada por la familia catalana Jover en 1885. 

En anteriores campañas nos habíamos centrado en el look general de las diferentes colecciones, pero para ésta estimamos oportuno dar un giro de cien grados y poner el foco en la calidad del producto. Me pareció oportuno jugar con macros de las prendas, donde se pudiera aprecian la alta calidad de la materia y la confección, pero huyendo del “clásico bodegón de producto”. Por eso les propuse realizar las sesiones fotográficas con modelos y que en cada una de las imágenes saliera, por ejemplo: una parte del mentón, una mano, etcétera. Aceptada mi idea nos centramos en hacer un buen casting, ya que aunque pueda parecer contradictorio, el modelo debía reunir unas características precisas, pues en un plano general ciertos detalles pueden pasar inadvertidos, pero en un macro todo puede apreciarse y por eso nos decidimos por el top model Alberto Merelles natural de Canarias. 
En esta campaña básicamente se trataba de incorporar la figura del hombre al producto, donde las texturas de las prendas de punto debían ser protagonistas, con lo que fotográficamente no tenía secretos, una luz rasante, volúmenes del jersey y una presencia masculina en menos del 25% de la imagen y fuera de foco, con lo que se tuvo que trabajar con diafragmas muy abiertos y controlar bien la profundidad de campo. 

Dadas las características de la presencia del modelo en la imagen, sus rasgos físicos debían ser muy específicos para que realzara la masculinidad del mismo en muy poco espacio. Trabajé con Hasselblad 500C la óptica macro de 120mm y unos filtros proxar que me permitían un acercamiento óptimo en las distintas versiones que obtuve durante la sesión fotográfica.