dimecres, 14 de desembre del 2022

La disparé hace 10.885 días

 

Una buena planificación es importantísima en cualquier sesión fotográfica, así como un buen casting y seleccionar al equipo de colaboradores más adecuado para cada una de ellas, ya que los mejores a veces no encajan en según que situaciones. 
 
La disparé hace 10.885 días en la ciudad de Lisboa donde trabajé durante varios días para realizar los originales fotográficos destinados a la campaña de promoción de “MODA PORTUGAL”. Viajé al país vecino con mi ayudante de fotografía David Pla, el equipo al completo de Studio Seis de Barcelona responsable de la producción y estilismos, Josep Mestres como maquillador-peluquero y la modelo Nuria, el modelo masculino Paulo que era un top model de Lisboa. Nada más pisar suelo luso, el Ministerio de Industria del Gobierno de Portugal, nos facilitó un Mercedes con un fixer, como dirían los periodistas, para que nos acompañase en las localizaciones pertinentes para realizar las sesiones fotográficas, facilitara la gestión de los correspondientes permisos y nos acercará a conocer a los principales diseñadores lusos, para que conjuntamente con la estilista Rosa Maria Gimeno seleccionáramos las prendas y complementos a fotografiar. El magnífico hotel donde nos alojábamos actuaba como punto central a fin de probar a los modelos y decidir el plan de sesiones. 
 
Me pareció oportuno no centrarme sólo en fotografiar a los modelos con los trajes de los diseñadores portugueses, sino también hacer tomas de las diferentes localizaciones (calles y plazas, establecimientos y rincones característicos...) de la ciudad de Lisboa donde trabajamos, para así reforzar la imagen de que estábamos fotografiando moda portuguesa. 
 
Trabajé las imágenes en Blanco y Negro y Transparencia Ektachrome con la Nikon F3 y distintas ópticas a pulso, buscando una interacción con los modelos en un acting dinámico, recorriendo la capital Lisboeta como una pareja de enamorados en una furgoneta que actuaba como camerino y en muchos espacios donde parábamos, se organizaban corrillos de ciudadanos que observaban el desarrollo de las sesiones y aplaudían el desplazamiento que la pareja de modelos y yo, que, cámara en mano caminaba de espaldas, entre los adoquines del suelo que cubrían las principales calles y plazas en largos movimientos coordinados previamente ensayados. Podría añadir que apenas utilicé pantallas reflectoras, trabajando a favor de la luz natural para dar credibilidad al guion de las sesiones como imágenes robadas a una parejas de visitantes de la capital Portuguesa. 
 
Evidentemente, además de los originales fotográficos y un muy buen recuerdo de un trabajo bien hecho, llegué a casa con un par de botellas de unos magníficos Oportos que me recomendó nuestro atento conductor del Mercedes. 
 
IMÁGENES DEL CATÁLOGO Y CAMPAÑA «MODA PORTUGAL»