Metido de lleno en mi trabajo y sin ser, muchas veces, consciente en que día del año estamos, de nuevo me ha sorprendido ver las ciudades engalanadas con luminosas guirnaldas que nos anuncian que las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes ya estan aquí, y que debemos empezar a comprar los regalos para nuestros amigo y familiares.
No tengo nada en contra de los regalos más clásicos como pueden ser una corbata, un frasco de colonia… pero no puedo dejar de preguntarme ¿porqué no regalar un original fotográfico o un buen libro de fotografía?.
Una de las conclusiones que saque después de encuestar a amigos, conocidos, vecinos, primos… es que en general, lo que les impedía decantarse por la opción de regalar “FOTOGRAFÍA” eran básicamente tres puntos DONDE – QUANTO – COMO. Los tres me parecen más bien una excusa, puedo aceptarla para el público en general, pero lo que más me ha sorprendido es que mayoritariamente los propios “fotógrafos” no regalan ni su propia obra. Debo decir a mi favor que hace muchos años que me impuse ser un activo militante de ese minoritario club de “fotógrafos que regalan obra fotográfica” y animo a mis compañeros de profesión a que lo hagan, y así entre todos podamos hacer que ese club deje de ser solo para minorías.
Para los que ponen como excusa -no sabría por donde empezar- estoy preparando un post informativo de “obra fotográfica” y otro de “libros de fotografía” a modo de introducción y sin ningun otro objetivo que la “FOTOGRAFÍA” empiece de una vez por todas ha hacerse un lugar en los hogares de nuestro país.
