El exiguo término municipal era insuficiente para
absorber el crecimiento de Igualada. Desde el barrio de Fátima, situado al
borde del barranco fotografié las casas del barrio de Set Camins construidas
justo al borde de las antiguas escombreras. Ese inmenso barraco fue
rellenándose con escombros y en la actualidad los vecinos de ambos barrios
pueden disfrutar de varios equipamientos lúdico-deportivos, el Parc Vallbona y
un ascensor gracias al cual pueden vencer cómodamente el desnivel, propio de la
orografia, del lugar.