La fotografía tiene muchas miradas, tantas como fotógrafos, tantas como cámaras y teléfonos en nuestras manos, tantas como se pueden subir en las redes sociales… las respeto todas y procuro entenderlas, aunque en base a mis conocimientos, muchas de ellas suelen provocarme, a veces, nuevas reflexiones sobre la fotografía.
Entiendo a Joan Fontcuberta en su discurso, incluso estoy de acuerdo en parte de él, pero, sinceramente, a veces se me hace difícil su comprensión. Soy de la opinión que los artistas (incluyo en esta categoria a los fotógrafos) tienen el deber de mirar el mundo con nuevas miradas y provocar cambios. Algunos fotógrafos son más bien creadores que toman para la realización de sus proyectos: fotografías fallidas, archivos fotográficos ajenos y recuperados, imágenes mal resueltas técnicamente… y con todo este material crean sus propias obras. Nada tengo en contra de esta opción, bien al contrario me parece totalmente lícita, si con ello refuerza el concepto de su discurso, y puede hasta ser apropiada y muy de acuerdo con la coyuntura actual, pero mis dudas surgen acerca de cómo debemos denominar y catalogar dichas obras.
Puede que el exceso de imágenes de todo tipo con que se nos bombardea diariamente haya diluido nuestra capacidad de análisis y reflexión sobre ellas, y esta magnitud de fotografías que nos invaden, sature nuestra percepción sobre que expresan, representan, transmiten… y con tan sólo dedicar unos segundos a mirarlas, respondemos automática e impulsivamente con un “me gusta”, posiblemente este acto impulsivo sea la causa de una falta de crítica unitaria, y esta ausencia conlleve a valorar la acumulación y repetición de imágenes ante poniéndola a otros valores estéticos y fotográficos.
El autor, fotógrafo o no, cuando presenta su obra decide desde su libertad más absoluta las imágenes y el soporte que utilizará para construir su discurso, no creo que censure las no presentes en la exposición –como un escritor no censura las palabras no presentes en su libro- simplemente no precisa de ellas (fotografías o palabras), quizás partiendo de esta premisa no creo que tengamos que contemplar una serie fotográfica imaginándonos las -no presentes-, si no están es que el artista no necesita de ellas para comunicarse con los lectores de imágenes, o sea nosotros los espectadores.
* Inauguración de la exposición OBRA-COLECCIÓN. EL ARTISTA COMO COLECCIONISTA, comisariada por Joan Fontcuberta, en la Fundación Foto Colectania de Barcelona.