La pista de roja tierra de Baboua a Bosembélé cruza por un territorio verde semi montañoso por la que circulaban los habitantes de los pequeños poblados de la zona, que poco acostumbrados como estaban a ver extranjeros en su país, nuestro paso generó expectación.
Mientras los conductores del Land Rover y las dos Bultaco Sherpa procuraban acompasar la velocidad entre ellos, para no distanciarnos en exceso, yo desde la ventanilla y con el vehículo en marcha me centre en prevenir el encuadre con anterioridad de las instantáneas que el recorrido me ofrecía. Y me ofreció: niños saludando; mujeres con los clásicos paquetes en la cabeza o con pesadas cargas sujetas por una cinta de cuero apoyada en su frente; la inmensa sonrisa de un joven empujado con gran esfuerzo el carrito de mano -cargado con una enorme pieza de carne- enganchado a una mobilette de la que otro joven tiraba, ya que con tal carga y las condiciones de la pista era imposible avanzar de otra manera.