Circulando por territorio Samburu las pocas fotos que tomé fueron desde la ventanilla del copiloto –como muchas de las que capture en este viaje por el continente africano- y, siempre que el conductor quisiera aminorar la marcha o detener unos instantes el Land Rover, cosa que no siempre hacían. Y, sí, se reían de mi cuando les pedía que detuvieran el vehículo alegando que a la velocidad que circulábamos la foto me saldría movida, y me gritaban “pero si ya te gustan las fotos movida, ya que a veces incluso las haces a propósito”… ahora algunos de ellos reconocen que quizás despreciamos la oportunidad de documentar hechos y realidades irrepetibles, pero –así es la vida- y ahora es evidente que no hay marcha atrás, lo hecho hecho está.